jueves, 6 de diciembre de 2012

La desnutricion

Es
Es la deficiencia de nutrientes que se asocia a una dieta pobre en vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas, en la que no importa la complexión de la personas.
Este padecimiento se desarrolla por etapas, pues en un principio genera cambios en los valores de sustancias nutritivas contenidas en sangre, posteriormente, ocasiona disfunción en órganos y tejidos y, finalmente, genera síntomas físicos con el consecuente riesgo de muerte.

CAUSAS
• Mala alimentación, principalmente durante la infancia, adolescencia, embarazo, lactancia y vejez, lo que se asocia a inadecuada selección de comestibles, religión, preferencias, enfermedades, desconocimiento y bajos recursos económicos.

• Seguir dietas rigurosas durante periodos prolongados.
• Anorexia y bulimia.
• Padecer cáncer o sida. Infecciones.
• Diarrea crónica.
• Defecto de absorción en el intestino ocasiona que los nutrientes contenidos en los alimentos no sean aprovechados; este trastorno puede tener como causa enfermedades crónicas en sistema digestivo, riñón, corazón, pulmones, páncreas y alteraciones e el metabolismo.
• Alcoholismo en grado avanzado propicia que se desatienda la alimentación.
• Dieta vegetariana, ya que no aporta todos los nutrientes que el organismo necesita.
SÍNTOMAS
• Pérdida excesiva de peso.
• Palidez.
• Hundimiento o abultamiento del abdomen.
• Pómulos salientes.
• Agotamiento.
• Falta de memoria.
• Frío en manos y pies.
• Falta de crecimiento.
• Resequedad en la piel; generalmente se observan fisuras en párpados, labios y pliegues de codos y rodillas.
• Caída del cabello, el cual se torna seco y cambia su coloración.
• Sensación de plenitud y pesadez después de comer en forma ligera.
• Menstruación irregular o desaparición de la misma.
• Edema.
• Pérdida de masa muscular.
• Alteraciones en coagulación sanguínea y sistema inmunológico.
• Si existe desnutrición severa el paciente tendrá los dedos de manos y pies fríos y azulados debido a trastornos circulatorios.
• Uñas delgadas y frágiles.
• Latidos cardiacos acelerados.
• Continúas infecciones en vías respiratorias.
• Raquitismo y anemia.
Para evitar esta enfermedad hay que procurar que el régimen alimenticio incluya vitaminas, proteínas, lípidos, minerales y carbohidratos en forma balanceada, lo cual puede apoyarse mediante suplementos vitamínicos y complementos alimenticios; es fundamental que estas medidas se fortalezcan y vigilen estrechamente durante infancia, embarazo, lactancia y vejez.
En el recién nacido es primordial el consumo de leche materna, ya que cuenta con los nutrientes que le permitirán desarrollarse de manera normal y crear defensas; en caso que la madre no pueda alimentarlo, el pediatra recomendará fórmula láctea que le proporcionará al pequeño adecuada alimentación.







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